El amor y la admiración por Federico García Lorca era una razón para acercarse.
La puesta, se afirmaba, está sostenida sobre sus textos.
Un espacio cubierto de rojo y de blanco, correlato simbólico de lo que vendrá, recibe a los participantes de la ceremonia.
En escena un hombre toca la guitarra mientras el público se acomoda.
Está claro que todos los espectáculos tienen sus espectadores. Aquí y allá (yo misma) se oían los murmullos acompañando ciertos textos lorquianos que es imposible escuchar sin acompañarlos, con los labios o con el corazón.
El espectáculo está construido fuertemente sobre el recitado. Y sucede algo extraño: con algunos de los actores, uno espera que continúen, que no terminen nunca de recitar, que sus voces sean las únicas que se hagan cargo de la palabra de García Lorca. Otros en cambio, parecen hablar con voces ajenas, como si no cuadrara la poesía lorquiana con sus “decires”. No, pero no es eso lo extraño. Lo verdaderamente extraño es que todos y cada uno de los actores-recitadores tiene ese momento mágico, ese instante en el que parece que esas palabras fueron escritas para que ellos las dijeran.
En algún momento la guitarra acompaña armoniosamente al que recita, en otros momentos hay que hacer un esfuerzo para escuchar la voz, con sus matices, y eludir la guitarra que irrumpe en la secuencia de los textos.
Una muchacha baila de vez en cuando.
Una escena nos presenta unos títeres manejados de un modo muy particular, que es un placer observar. Hay hasta un final distinto de Bernarda Alba.
Tal vez los que desconozcan al poeta y dramaturgo español sientan este universo demasiado lejos, porque está construido con guiños y fragmentos.
Tal vez más de un espectador encuentre el recitado como una forma desconocida.
Ver crecer en la escena a algunos de los actores será una razón válida, en cambio, para otros.
La puesta, se afirmaba, está sostenida sobre sus textos.
Un espacio cubierto de rojo y de blanco, correlato simbólico de lo que vendrá, recibe a los participantes de la ceremonia.
En escena un hombre toca la guitarra mientras el público se acomoda.
Está claro que todos los espectáculos tienen sus espectadores. Aquí y allá (yo misma) se oían los murmullos acompañando ciertos textos lorquianos que es imposible escuchar sin acompañarlos, con los labios o con el corazón.
El espectáculo está construido fuertemente sobre el recitado. Y sucede algo extraño: con algunos de los actores, uno espera que continúen, que no terminen nunca de recitar, que sus voces sean las únicas que se hagan cargo de la palabra de García Lorca. Otros en cambio, parecen hablar con voces ajenas, como si no cuadrara la poesía lorquiana con sus “decires”. No, pero no es eso lo extraño. Lo verdaderamente extraño es que todos y cada uno de los actores-recitadores tiene ese momento mágico, ese instante en el que parece que esas palabras fueron escritas para que ellos las dijeran.
En algún momento la guitarra acompaña armoniosamente al que recita, en otros momentos hay que hacer un esfuerzo para escuchar la voz, con sus matices, y eludir la guitarra que irrumpe en la secuencia de los textos.
Una muchacha baila de vez en cuando.
Una escena nos presenta unos títeres manejados de un modo muy particular, que es un placer observar. Hay hasta un final distinto de Bernarda Alba.
Tal vez los que desconozcan al poeta y dramaturgo español sientan este universo demasiado lejos, porque está construido con guiños y fragmentos.
Tal vez más de un espectador encuentre el recitado como una forma desconocida.
Ver crecer en la escena a algunos de los actores será una razón válida, en cambio, para otros.
ELENCO:
Elsa Dossetti-Gustavo Daniel Nociti-Daniel Pérez Guerrero-Pyr Zenergam
Bailarina: Maricel Reynoso-Músico en escena: Juan Mira
Iluminación: Santiago Soler-Diseño y realizac. Máscara y títeres: Silvia Spina
Ambientación: Alberto Carrizo-Asistencia de canto: Carolina Roisinblit
Asistencia de dirección: Alfredo Mastrángelo
Manipulación de títeres: Pyr Zenergam-Puesta de títeres: Silvia Spina
Dirección: Fanny Dimant
Producción cooperativa de actores y creativos
Teatro El Vitral
Temporada 2008
Elsa Dossetti-Gustavo Daniel Nociti-Daniel Pérez Guerrero-Pyr Zenergam
Bailarina: Maricel Reynoso-Músico en escena: Juan Mira
Iluminación: Santiago Soler-Diseño y realizac. Máscara y títeres: Silvia Spina
Ambientación: Alberto Carrizo-Asistencia de canto: Carolina Roisinblit
Asistencia de dirección: Alfredo Mastrángelo
Manipulación de títeres: Pyr Zenergam-Puesta de títeres: Silvia Spina
Dirección: Fanny Dimant
Producción cooperativa de actores y creativos
Teatro El Vitral
Temporada 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario